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Gardenias, la delicadeza hecha flor

Cultivar y cuidar plantas es una actividad que muchas veces pone en manifiesto nuestra capacidad de mantener la paciencia y la atención, y una de ellas que se caracteriza por mantenernos atentos y que, a la vez, tiene una personalidad atractiva y delicada es la gardenia.

Esta flor proviene de África del Sur y de Asia, y fue introducida primeramente en Europa para después, tras el proceso de conquista, llegar a nuestro continente. Es una planta que se caracteriza por sus hojas verdes intenso y por la flor que puede ser de color blanco o crema, con un delicioso aroma que hace recordar al jazmín, elementos que exponen su magnificiencia y belleza.

La flor de la Gardenia está compuesta de entre cinco a doce pétalos, con una forma parecida a la rosa, aunque con mayor apertura entre ellas. Su coloración intensa es el indicativo de que se está haciendo un buen trabajo en su cuidado y así es como ella lo agradece.

Lo primero a tomar en cuenta al cultivar esta planta es que le gusta el aire libre, así que si son plantadas en espacios abiertos pueden llegar a tener una altura de dos metros, pero si se mantienen dentro de casa en una maceta, alcanzará el metro o metro y medio cuando mucho.

Esta planta tan atractiva es del tipo acidófilas, lo que quiere decir que requiere que la tierra donde sea plantada tenga un ph superior al normal, preferiblemente entre 4,5 y 5,5, con lo cual podrá absorber mejor sus nutrientes y surgir con todo su esplendor. 

Se debe estar muy pendiente de la temperatura a la cual está expuesta, si es invierno-otoño, es mejor tenerla a no menos de 13° C. y en una zona en donde no reciba corrientes de aire. Por otro lado, si es verano o primavera, hay que estar pendientes de que la temperatura no sea mayor a los 23° C. y que se encuentre con luz natural, sin excesos de rayos solares que la puedan quemar.

¡Qué rico y saludable es tomar mucha agua durante el día! Pues a la Gardenia también le gusta, por lo que es necesario estar muy atentos de que la tierra se encuentre siempre húmeda, sin excesos, ya que estos pueden producir su muerte prematura. Sin embargo, es preciso tener en cuenta que el agua normal de grifo no es buena para la planta, ella requiere agua de lluvia o destilada, o también se puede ponerla a hervir y, una vez esté fría, aplicarla.

De igual modo, la alimentación de la planta es importante, así como para nosotros y su dieta es muy especial, ya que se debe abonarla cada tres semanas con abonos especiales, o los llamados alcalinos, para plantas acidófilas, así uno se asegura de que la tierra mantenga el ph que ellas necesitan.

Un símbolo de alerta de que a la planta le falta abono es que las hojas de la flor se vuelven amarillentas, ante lo cual es necesario ofrecerle un refuerzo y abonarla en mayor cantidad. Asimismo, cuando se vaya a podar la planta, las tijeras deben ser desinfectadas para evitar pasarle alguna bacteria u hongo que la pueda perjudicar.

La Gardenia es símbolo de belleza y delicadeza, por lo cual es imprescindible seguir todas las recomendaciones ofrecidas para su buen cultivo. Ya verán que, si siguen los consejos mencionados, esta planta llenará su espacio de un hermoso paisajismo y un aroma inigualable.

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